En 1841 el médico y cirujano de las minas de sal de Wieliczka  (Feliks Boczkowski) constató que los mineros no padecían, al contrario que el resto de la población, enfermedades pulmonares como la tuberculosis. Realizó su primera publicación al respecto en 1843.

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El siguiente paso fue aplicar los beneficios de la sal en el interior de las minas creándose en 1958 el primer sanatorio en la mina de sal de Wieliczka en Polonia, surge así la Espeleoterapia, consistente en la estancia prolongada en el interior de las cuevas naturales de sal beneficiándose de un microclima salino. Nadie sabe cuándo ni quién inició esta técnica por primera vez

 

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El fundador de la Espeleoterapia en Ucrania y la URSS fue el Profesor MD Torokhtin, bajo su dirección en 1968 se organizó un hospital clínico experimental para enfermedades alérgicas respiratorias en la mina de sal de Solotova nº 8 en Ucrania (en Solotvino). La mina de sal se ubicó a una profundidad de hasta 300 metros, y por razones obvias, no pudo acomodar a todos los que querían experimentar el efecto de la sal.

 

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En 1976 se pone en marcha en base a la mina de sal Solotva nº 9 el primer hospital en funcionamiento en Ucrania siguiendo una segunda fase en 1980 del Hospital Republicano de Ucrania.

Los resultados que se obtuvieron obligaron a pensar seriamente sobre el desarrollo de la espeleoterapia, pero simplemente no había tantas minas de sal y cuevas con el microclima requerido, y no era muy conveniente tener un hospital a esas profundidades.

 

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En 1985, bajo la dirección del Director del Instituto, el Profesor M.Torokhtin. Se publicó “Metodología para el tratamiento de pacientes con asma bronquial en las condiciones de las cámaras del microclima artificial”.

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Se ideó entonces dadas las limitaciones de acceso y duración de la permanencia en el interior de las minas de sal naturales, la creación de salas artificiales que recrearan el clima de las minas de sal y donde no intervenía como factor la profundidad de la ubicación. Había que saturar el aire de aerosol de sal seca creándose una nueva tecnología en la URSS: los Halogeneradores.

 

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En 1990 el Ministerio de Salud de la URSS aprobó las técnicas desarrolladas construyéndose la primera sala en el Instituto de Neumología de San Petersburgo, comienza así la Haloterapia.